Uno de los motivos de consulta en un centro médico estético son las manchas en la piel.
Principalmente nos encontramos con dos tipos de
lesiones pigmentadas:

  • Léntigo: es una mancha asociada al envejecimiento y a la exposición al Sol; suelen ser menores de 1 cm de diámetro, múltiples y repartidas por la cara, escote y manos.
  • Melasma: es un tipo de mancha que si bien está influida por la exposición al Sol, está asociada a cambios hormonales (embarazo, toma de anticonceptivos hormonales, dispositivos intrauterinos hormonados, etcétera); por todo ello es obviamente mucho más frecuente en mujeres. Las lesiones son en forma de paño extenso y predominan en frente, mejillas y labio superior.
  • Hay otros tipos de lesiones pigmentarias, que por su origen, tipología o frecuencia de aparición no las abordamos en este artículo. Lo que no significa que antes del tratamiento con fines estéticos de una lesión pigmentaria o mancha haya que hacer un diagnóstico médico de la misma, incluyendo la dermatoscopia, para descartar lesiones malignas o con alto potencial de malignización, que requieren un abordaje que va más allá del meramente estético.

El tratamiento de los léntigos se basa fundamentalmente en crioterapia y fuentes de luz (luz intensa pulsada o IPL, láser). El tratamiento de los melasmas consiste en aplicación de mascarillas despigmentantes o peelings.

Ahora bien, llega el verano y con él los días más largos, el Sol y el calor. Esto supone que determinados tratamientos médico  estéticos se deben dejar de lado por la potencialidad de efectos secundarios, entre ellos los peeling, la luz pulsada y el láser (en general todo tratamiento que implique una irritación de la piel).

¿Eso significa que debemos resignarnos a tratar nuestras manchas cuando llegue el otoño? Rotundamente no. Un tratamiento previo va a conseguir un doble objetivo: por un lado iniciar un aclaramiento más leve de la mancha, y por otro va a preparar la piel y las lesiones para un tratamiento más agresivo después de la época estival.

¿En qué consisten esos tratamientos?

Por un lado, un tratamiento cosmético fotoprotector y despigmentante suave. Hay cremas de elaboración farmacéutica con una gran acción despigmentante pero siendo suficientemente respetuosas con la piel como para poder utilizarlas en verano.
Por otro lado, tratamientos que nos podemos realizar en la clínica de Medicina Estética, consistentes en:

  • 1. Mascarillas de ácido ferúlico: unimos a la potencia antioxidante del ácido ferúlico su capacidad fotoprotectora y despigmentante, esta última también presente en la vitamina C; todo ellos vehiculizado por nanosomas (pequeñas moléculas que transportan principios activos y penetran a través de las capas más externas de la piel).
  • 2. Mesoterapia: hoy día disponemos en nuestro arsenal terapéutico de preparados que se administran vía mesoterápica (pequeñas inyecciones que introducen el producto directamente en la dermis o capa intermedia de la piel) a base de ácido hialurónico para conseguir una buena hidratación, aminoácidos, vitaminas, péptidos miméticos o factores sintéticos de crecimiento y compuestos despigmentantes.

Todo esto hace que afrontemos el verano con una piel más preparada y atenuemos y/o frenemos la evolución de nuestras manchas.