NUESTRA PIEL Y EL ASTRO SOL

Por la Dra. Carmen Rubiano Sosa
El gesto de aplicarnos protectores solares, en muchas personas, se limita a los días de playa, en verano.
Sin embargo, durante todo el año (y durante toda la vida) nuestra piel está expuesta al sol. Incluso en días nublados el 90% de las radiaciones solares nos llegan.
Esto ocasiona lo que llamamos FOTOENVEJECIMIENTO, que incluye daños en la piel como inflamación, disminución en la síntesis de colágeno, engrosamiento o aumento de la epidermis (parte superficial de la piel), degradación incompleta de fragmentos de colágeno y oxidación de proteínas.
Todas estas modificaciones se traducen clínicamente en piel delgada, arrugas, cambios en la coloración con un aspecto amarillento, manchas blancas ovales o redondas, manchas oscuras irregulares, apariencia coriácea (de cuero), vasos sanguíneos visibles (telangiectasias), entre otras.
También se acompañan de la aparición de lesiones benignas como elevaciones o manchas de color café claro a oscuro (queratosis seborreicas o léntigos), lesiones elevadas amarillentas con depresión central (hiperplasias sebáceas), lesiones premalignas como placas rojas con escama (queratosis actínicas), o tumores malignos como carcinomas o melanomas.
En medicina estética podemos corregir algunas de estas “complicaciones solares” pero el mejor tratamiento para este problema es prevenirlo, por lo que aconsejamos usar protector solar, cada día, durante todo el año.
En Clínicas Vitaluz podemos aconsejarte de qué tipo de protección solar es más adecuada para cada tipo de piel.