Paseos matinales o al atardecer por la playa pueden ayudarte a no convertir las vacaciones estivales en sinónimo de sedentarismo. Te enumeramos cinco beneficios para la salud que nos ofrece caminar descalzos por la arena de la playa:

Controla el sobrepeso:

Caminar por la arena requiere más esfuerzo y gastamos más calorías que si lo hacemos sobre el asfalto. Es una gran alternativa para mantenerte en forma y contrarrestar los excesos alimenticios y falta de ejercicio inherentes a munudo en el periodo vacacional.

Tonifica la musculatura:

Caminando de forma regular, notaremos como se moldean nuestros tobillos y pantorrillas y si deseas aplicarte a fondo, dedica unos minutos a caminar dentro del mar con el agua a la altura de los muslos elevando las piernas a cada zancada, así tonificarás piernas y glúteos.

Mejora la circulación y ayuda a prevenir las varices:

Los efectos cardiovasculares se multiplican con el contacto de nuestra piel con la arena. Se estimula la circulación sanguínea y linfática y evita que la falta del retorno venoso hinche los tobillos o favorezca la aparición de varices.

Reduce el riesgo de sufrir osteoporosis:

Caminar aumenta la densidad ósea, si además lo hacemos por la playa el efecto se multiplica al requerir más esfuerzo. Asimismo, la exposición solar ayuda al organismo a sintetizar más vitamina D fundamental para que el calcio se fije a los huesos.

Favorece la relajación y libera el estrés :

En la planta del pie hay muchas terminaciones nerviosas relacionadas con las funciones vitales que al entrar en contacto con la arena son masajeadas por sus gránulos favoreciendo la relajación y un efecto sedante que libera estrés y facilita una buena expresión de las funciones vitales.

Todo son ventajas, eso sí asegúrate de tomar ciertas precauciones como hidratarte bebiendo mucha agua, evitar los golpes de calor de las horas centrales del día, usar crema protectora y cubrirte con una gorra o sombrero. ¡Disfruta de tus placenteros y saludables paseos por la playa!

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